Sipnosis

Roland es un chico americano que le gusta descubrirlo todo, saberlo todo...es como el perfecto detective. Pero, lo que no puede resistir es el misterio de Anne Fyckovic, una hermosa chica pero también siniestra. Cuando Roland descubra el secreto no podrá evitar caer rendido a los pies de Anne.

jueves, 1 de diciembre de 2011

Capítulo 18

Enma me llevó dentro de un coche de color morado eléctrico con cristales tintados, me hizo bastante gracia que hubiese una chapa en el coche que pusiese "Como abolles mi coche te asesino", sabía que era coña pero ahora viendo a Enma cualquiera se lo creería. Así que era mejor que no bromease con ella porque estaba a punto de pensar que sacaría una cuchilla de la manga al estilo Assasin's Creed. Entramos en el coche y Enma se puso el cinturón rápidamente.

-¿Te gusta la seguridad?-pregunté.

-Me gusta la velocidad.-acarició el volante de cuero negro con cariño como si fuese un lindo gato.-Además que puedo hacer mi coche invisible de la policía. Yo que tú me pondría el cinturón.

Me puse el cinturón rápidamente y Enma sonrió.

-Si fuese un personaje ficticio seguro que sería Selene de Underworld.-comentó.

-No me digas.-dije con sarcasmo.- No lo sabía.

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Después de que Enma me demostrase su múltiples técnicas a la hora de hacer volar un coche, perdón, conducir un coche. Entramos en un edificio contemporáneo en el que había un letrero que decía "Oficina de Turismo" y ahora que pensaba, nunca había entrado. Dentro, en una habitación completamente blanca había una mujer sonriendo en recepción. Cuando vio a Enma se tensó e hizo un gesto para que entrásemos dentro de un pasillo de paredes rojas.  Al  final del pasillo había una gran puerta blanca con un panel de seguridad. Enma empezó a teclear la contraseña en el panel y puso su dedo índice para identificar su huella dactilar. No entendí por qué necesitaban tanta seguridad si la mujer había visto a Enma directamente, es decir, que se había dado cuenta de que no era un doble.

Tal vez fuese más fácil entrar de lo que pensaba. Con saber el código y ser miembro del equipo era suficiente, era infiltrarse. Se abrió la puerta mecánicamente y nos recibió cierto personaje peculiar. Era una niña de pelo rubio lacio con una bata y unas gafas que ocupaban media cara. Un sentimiento de parentesco con Madeleine y mi hermano me hicieron estremecer.

-¿Es la rata de laboratorio?-preguntó la niña.

Me ofendió bastante lo que me dijo, yo no era un experimento que cualquier persona podría torturarme...era una persona, o eso pensaba.

-Roland no es un experimento.-me defendió Enma.

-Todos los humanos son experimentos.-dijo la niña mirándome de reojo.- Soy Carla Creccentini, la cerebro del grupo.

-¿Cuántos años tienes?-pregunté.- ¿7? ¿6?

-1.500.-respondió Enma.- No le gusta que se burlen de ella por tener una apariencia de 6 años.

Carla frunció el ceño y se ajustó las gafas mientras emitía un gruñido.

-Me temo que por ahora no nos vamos a llevar bien.-masculló.- ¿De verdad que no te has equivocado, Enma?

-No lo creo Carla.-me arrastró dentro de un laboratorio gigantesco donde había tres personas más trabajando en él.

Bajamos unas escaleras metálicas para acercarnos a un tipo de ordenador principal. Seguro que aquello le hubiese gustado a Jim verlo...Pero, ¿qué narices estaba pensando? Carraspeé y miré la pantalla del ordenador central, mostraba un mapa del mundo gigante con múltiples luces blancas y algunas rojas.

-¿Qué son las luces blancas?-pregunté.

-Humanos.-contestó Carla.

-¿Y las rojas?-volví a preguntar.

-Inhumanos.-contestó Enma.- Roland esta sociedad se encarga de proteger a los humanos con poderes fuera de lo normal y de futuros experimentos de transformación de humanos a inhumanos.

-X-men.-bromeé.-Supongo que Carla será inmortal y yo soy el futuro experimento para vampiro y licántropo.

-Eras.-corrigió un hombre detrás.

Volteé la cabeza y vi a un hombre de pelo azul, ojos azules y de vestimenta azul...muy monocromo.  Enma no pudo evitar un suspiro al verle y Carla frunció el ceño aún más.

-Lo que significa que me quedaré aquí hasta que muera.-comenté.

-Muy listo, Roland.-sonrió.- Soy Enlet Moonlight, un hada.

-¿Y las alas?-pregunté.- Ah...las ocultas para parecer humano.

-Enlet, lamentablemente, es el más humano de esta asociación.-se quejó Carla.- Está prometido con una humana...Enlet recibe nuestros respetos por ser amigo del fundador de la asociación y ser el favorito de Nitwisli, reino de las hadas.

-Suena muy cursi eso de las hadas.-mencioné.

-Le odia todo el mundo.-dijeron a la vez Enma y Carla.

Carla cliqueó a una de las luces rojas que se encontraban en Estados Unidos. Salió mi foto de pronto y sentí un repentino escalofrío  como si empezase a notar que cada vez iba a peor en el trascurso de mi vida.

-Roland Carter, chico americano de...-Enlet me miró.- 18 años, sangre 0+, número de pie 43, ojos azules, pelo castaño, estatura media y destacado en Educación física e Historia. Potencial de apredizaje: Alto, color favorito: negro, además que quiere dedicarse a la investigación. Adora los libros de Aghata Christie y nunca ha tenido novia pero la persona que más se le acerca es Lisse Collins, amiga lesbiana de Roland.

-¿Cómo sabes tanto?-pregunté sonriendo.

-Leo el pensamiento, me teletransporto en el tiempo...-enumeró.- Pero digamos que entro en tu mente como si fueses un libro abierto.-miró a Enma.- Si supieses lo que piensa de ti alucinarías.

Entendía ya por qué Enlet era odiado, si él podía entrar en la vida privada de cada uno era como si humillase a los demás. No me sentía humillado, seguro que era de los pocos que pensaría que su habilidad era increíble. Seguro que el amigo de Enlet y su prometida pensarían lo mismo que yo.

-¿Por qué razón soy objeto de experimento?-pregunté.

-Según unos datos científicos.-comentó Enma.- 1 de 99 por ciento serían personas que podrían resistir a la transformación de licántropo o vampiro sin recibir efectos irremediables.

-Por ahora la asociación Fuchs va ganando terreno en el caso de conseguir a experimentos y protegerlos.-dijo Enlet.- Pero seguimos sin saber cuál es el elemento "secreto" que puede convertir a un humano en una anomalía científica.

-¿Magia?-pregunté.- Si Enlet es un hada...

-Ninguna hada y ningún mago puede conseguir eso, Roland.-sonrió Enlet.-Si hubiese sido magia desde el principio ya habríamos erradicado el problema.

Si no era magia, tal vez fuese un elemento que podría tener en una pequeña colaboración anti natural. Se podría averiguar mediante un análisis de sangre a una persona que sí estuviese en el estado de transformación,  a ser posible dos personas con la enfermedad de la licantropía y el vampirismo. Si se sabía que era, se podría buscar algún tipo de vacuna que ayudase a los experimentos para que dejasen de funcionar esos tratamientos en ellos. Si la política estaba en medio, que hubiese falta de experimentos y resultados acontecería que no hubiesen fondos para financiar esos tratamientos.

Con eso se podría hundir la organización y Fuchs podrían acabar con los que eran cabecillas del proyecto. Conclusión: se podría matar varios pájaros de un tiro.

Volteé la cabeza para mirar a Enlet, que parecía intentar procesar todo lo que pensaba con dificultad. Enma y Carla se extrañaron de aquella mirada entre el hada y yo.

-¿Ocurre algo?-preguntó Enma.

-Este chico es interesante.-sonrió Enlet.-Por un momento no me ha dejado entrar en su cabeza y algunos archivos están totalmente inaccesibles.

-¿Roland puede bloquear ciertos pensamientos para protegerse así mismo?-preguntó Carla.

-Así es.

Carla me examinó durante un momento con la mirada y llamó a un chico de piel azul (¿Por qué narices todo era azul en esa asociación? Un hada con gustos azules, Zorro Azul...) para que me hiciese un chequeo completo. Eso no tenía muy buena pinta.